Soy libra con ascendente escorpión, lo que sea que eso implique. Según la rampante pseudo-ciencia conocida como Astrología, mi fecha de nacimiento [en un calendario gregoriano] es información suficiente para describir aspectos de mi personalidad. Ahunado a esto, existe la creencia de que la posición de los demás planetas y estrellas tiene total relevancia para las actividades humanas. Con la precisión cronométrica de un cobrador que trabaja para Don Luciano.
La astrología nace como una adición al antiguo oficio de observar la naturaleza. Las tribus cazadoras de antaño sabían lo importante que era reconocer patrones en el medio ambiente. Los que entendían las migraciones de los búfalos se aseguraban buenas pieles y comida en ratos amargos para otros menos metódicos. Encontrar patrones en el cielo no era de sorprenderse, nuestro cerebro conserva esa característica* como herramienta de supervivencia. Si las nubes no cambiaran tan rápido, seguramente tendríamos nubólogos haciendo predicciones que nunca se cumplen.
*La facilidad de encontrar patrones en eventos naturales y situaciones que nos rodean.
La explicación detrás de cada astrología dependerá de la cultura que la creó; por una variedad de razones. La astrología occidental, producto de distintas civilizaciones antiguas, fue compilada y clasificada por un gigante de la astronomía clásica: Claudio Ptolomeo. Originador de un elaborado pero incorrecto modelo del universo, a él se le atribuye la idea del horóscopo. La tierra es redonda y las estrellas se encuentran en todas direcciones alrededor. Depende de donde en la esfera estés sentado es la parte del cielo que podrás observar. Los nativos andinos nunca conocieron las Pleiades, así como los Olmecas nunca vieron la espalda de la noche. Es imposible obviar este detalle y es lo primero que debemos preguntar: ¿La astrología de quién?
Todas las estrellas que vemos a simple vista pertenecen a la galaxia que habitamos. Las diferentes constelaciones están formadas por dibujos hechos uniendo los puntos del lienzo negriazul de la noche. El espacio es tan grande que da la impresión de ser lento como una tortuga. Todas las estrellas que vemos se mueven a velocidades enormes y tarde o temprano, las constelaciones cambiarán su forma aparente en el cielo. Es decir, lo que hoy forma una línea recta, mañana será un simpático triángulo. Las estrellas que forman las constelaciones no están ligadas por gravedad entre sí; se pueden distinguir algunos patrones solo por casualidad y para deleite de los enfermos de pareidolia. Yo jamás he visto una balanza en el cielo.
Estirando el argumento podríamos decir que es irrelevante la astrología que se use, el mecanismo es el mismo, por lo tanto, todas convergen en los mismos resultados. Pero esto equivaldría a decir que todas las religiones se centran en las mismas creencias, debajo de las gruesa capa de diferencias dogmáticas (dioses, creaciones y morales diferentes).
Conozco gente que cree en estas cosas a varios niveles. A mi abuela le divierte, mi vecino es agnóstico al respecto; y si hay astrólogos en la calle y en la televisión, es porque hay suficiente gente que consume su producto. Un puñado de nociones de astronomía basta para convencer a cualquiera interesado en conocer la verdad física detrás de todo esto. Recortando y para pasar a otra cosa, los antiguos sabios creían que el cielo escondía figuras diversas y que sus movimientos gobernaban el aletear de cada mariposa en el universo. La astrología fue un trabajo obligado y una posición relevante dentro de la vida política de antaño; se dejó de utilizar por una buena razón: no funciona.
Volviendo al futuro
Una apreciación moderna de la astrología puede incluir términos de la física contemporánea: procesos cuánticos e interacciones gravitacionales. Tirando bluff para confundir a la gente, nada más. Los procesos astronómicos sí afectan nuestra rutina. La más obvia es la costumbre que tenemos de descansar mientras nuestra porción del planeta está oculta a los rayos del sol. El problema empieza cuando se mezcla la naturaleza con nuestra opinión acerca de ella. Por mucho que queramos, las emociones complejas y la abstracción son un lujo al que muy pocas especies tienen acceso. Es absurdo de nuestra parte asignar estas características a cosas que no las tienen. En un contexto universal, no hay nada de especial en nosotros, los humanos. ¿Qué saben las aves de matemáticas? ¿Qué pueden saber las estrellas de política? Son puras construcciones artificiales, números en el aire que no existen si no existen nuestras mentes. La gravedad funciona, aunque no queramos. Hay diferencias notables entre la naturaleza y nuestros pensamientos. Me basta con saber que pertenezco a una especie con acceso opcional a la inteligencia y que puedo experimentar el universo de maneras que están fuera de los límites para otras especies.
La astrología nace como una adición al antiguo oficio de observar la naturaleza. Las tribus cazadoras de antaño sabían lo importante que era reconocer patrones en el medio ambiente. Los que entendían las migraciones de los búfalos se aseguraban buenas pieles y comida en ratos amargos para otros menos metódicos. Encontrar patrones en el cielo no era de sorprenderse, nuestro cerebro conserva esa característica* como herramienta de supervivencia. Si las nubes no cambiaran tan rápido, seguramente tendríamos nubólogos haciendo predicciones que nunca se cumplen.
*La facilidad de encontrar patrones en eventos naturales y situaciones que nos rodean.
La explicación detrás de cada astrología dependerá de la cultura que la creó; por una variedad de razones. La astrología occidental, producto de distintas civilizaciones antiguas, fue compilada y clasificada por un gigante de la astronomía clásica: Claudio Ptolomeo. Originador de un elaborado pero incorrecto modelo del universo, a él se le atribuye la idea del horóscopo. La tierra es redonda y las estrellas se encuentran en todas direcciones alrededor. Depende de donde en la esfera estés sentado es la parte del cielo que podrás observar. Los nativos andinos nunca conocieron las Pleiades, así como los Olmecas nunca vieron la espalda de la noche. Es imposible obviar este detalle y es lo primero que debemos preguntar: ¿La astrología de quién?
Todas las estrellas que vemos a simple vista pertenecen a la galaxia que habitamos. Las diferentes constelaciones están formadas por dibujos hechos uniendo los puntos del lienzo negriazul de la noche. El espacio es tan grande que da la impresión de ser lento como una tortuga. Todas las estrellas que vemos se mueven a velocidades enormes y tarde o temprano, las constelaciones cambiarán su forma aparente en el cielo. Es decir, lo que hoy forma una línea recta, mañana será un simpático triángulo. Las estrellas que forman las constelaciones no están ligadas por gravedad entre sí; se pueden distinguir algunos patrones solo por casualidad y para deleite de los enfermos de pareidolia. Yo jamás he visto una balanza en el cielo.
Estirando el argumento podríamos decir que es irrelevante la astrología que se use, el mecanismo es el mismo, por lo tanto, todas convergen en los mismos resultados. Pero esto equivaldría a decir que todas las religiones se centran en las mismas creencias, debajo de las gruesa capa de diferencias dogmáticas (dioses, creaciones y morales diferentes).
Conozco gente que cree en estas cosas a varios niveles. A mi abuela le divierte, mi vecino es agnóstico al respecto; y si hay astrólogos en la calle y en la televisión, es porque hay suficiente gente que consume su producto. Un puñado de nociones de astronomía basta para convencer a cualquiera interesado en conocer la verdad física detrás de todo esto. Recortando y para pasar a otra cosa, los antiguos sabios creían que el cielo escondía figuras diversas y que sus movimientos gobernaban el aletear de cada mariposa en el universo. La astrología fue un trabajo obligado y una posición relevante dentro de la vida política de antaño; se dejó de utilizar por una buena razón: no funciona.
Volviendo al futuro
Una apreciación moderna de la astrología puede incluir términos de la física contemporánea: procesos cuánticos e interacciones gravitacionales. Tirando bluff para confundir a la gente, nada más. Los procesos astronómicos sí afectan nuestra rutina. La más obvia es la costumbre que tenemos de descansar mientras nuestra porción del planeta está oculta a los rayos del sol. El problema empieza cuando se mezcla la naturaleza con nuestra opinión acerca de ella. Por mucho que queramos, las emociones complejas y la abstracción son un lujo al que muy pocas especies tienen acceso. Es absurdo de nuestra parte asignar estas características a cosas que no las tienen. En un contexto universal, no hay nada de especial en nosotros, los humanos. ¿Qué saben las aves de matemáticas? ¿Qué pueden saber las estrellas de política? Son puras construcciones artificiales, números en el aire que no existen si no existen nuestras mentes. La gravedad funciona, aunque no queramos. Hay diferencias notables entre la naturaleza y nuestros pensamientos. Me basta con saber que pertenezco a una especie con acceso opcional a la inteligencia y que puedo experimentar el universo de maneras que están fuera de los límites para otras especies.
He notado que la actitud de la gente suele ser de una duda tolerante: "Pues no sé, lo que dicen los horóscopos suele ser mentira porque los escriben charlatanes, pero hay astrólogos científicos que dedican toda su vida a eso y yo no puedo descalificarlos así como así. Después de todo, los astros tienen que tener alguna influencia en nosotros ¿No?"
ResponderEliminarUn Abrazo.
Solo si le vas a houston...
ResponderEliminaryo le voy a los Yankees!!!
"se dejó de utilizar por una buena razón: no funciona."
ResponderEliminarhehe me pregunto cuando dejarán de usar entonces la meteorología para pronosticar el clima, si tampoco funciona...
oh se me olvidaba, esque de hecho la astrología tampoco se ha dejado de usar...
charlatanes hay en todo, también en la ciencia y en abundancia; me parece un recurso barato y trillado citarlos para desmentir una creencia, no la defiendo pero pudiste haber ahondado en el aspecto real de la relación y efecto de los astros sobre la vida en la tierra, la luna por ejemplo causante de ciclos muy importantes que tienen que ver con el estado de animo de los animales y también los hombres, sobre todo las mujeres en su ciclo menstrual, etc... la frase común de "como burro en primavera" tan real como cualquier cosa "realmente" aceptada científicamente, corresponde a un fenómeno astrológico...
No todo en la Astrología es sobre cobrarle a la gente para decirle quienes son.
Hay que llevar el escepticismo y la duda científica más allá de la parafernalia callejera, para desacreditar por completo alguna corriente, si eso es lo que se pretende.
saludos desde la esquina vulgar!!
.
xx Washy xx
Saludos Washy y gracias de antemano por tus comentarios. Sin entrar en detalles acerca de quien es ciencia o quien no (ciencias atmosféricas es una excelente opción de carrera), quedémonos en la explicación simple. ¿Por qué creer que somos los chidos del universo? ¿De qué manera podrían las posiciones de las estrellas cambiar el destino de una persona? Me parece que tu ejemplo de la luna no es del todo apropiado: primero existió la luna, luego las mareas y los calendarios. Nosotros somos quienes nos adaptamos al entorno y caemos en la trampa de pensar que la naturaleza/universo tiene algo que ver con nuestra opinión acerca de ella/el. Sería magnífico tener una fórmula para predecir el futuro y poder controlarlo.
ResponderEliminar¿Qué pasaría si yo fuera marciano? ¿Me regocijaría con alineación terrestre cada ~2 años? La astrología es una de esas cosas que siempre existirá dentro de nuestras culturas. Nuestros cerebros vienen equipados para identificar patrones en secuencias de eventos (ejemplo: aprender tu primer idioma de niño). Naturalmente, nos equivocaremos más de una vez, abstrayendo las reglas del juego incorrectamente. La astrología hace afirmaciones que pueden ser verificadas; lo mismo que su metodología. Si tienes alguna sugerencia (para leer), me encantaría.