Ya tenía
rato que no leía algo de horror. Yo creo que lo último que leí fue por allá del
2006, era un libro de vampiros contra nazis, o algo así.
No hace
mucho, Peter Clines (del cual hice una reseña, y ahorita que me acuerdo me
falta escribir otra de su libro 14) recomendó por el tuiter Suffer the Children y me llamó la
atención. Esto ya tiene un ratillo, y antes de Suffer the Children me eché uno o dos de los géneros que
normalmente leo; crimen y ciencia ficción. Cuando terminé iba a comprar otro de
ciencia ficción pero recordé que tenía este pendiente. Lo compré un poco
renuente ya que me he alejado del género, pero no me arrepiento.
El libro
se desenvuelve en una pequeña ciudad de Michigan en donde la historia sigue a
tres familias diferentes. Doug y Joan Cooper que tienen 2 hijos, Nate y Megan.
Ramona, una madre soltera que tiene a su hijo Josh, y a David y Nadine que
tuvieron un hijo pero que murió en un accidente de tráfico.
Joan
tiene una guardería en donde cuida algunos niños, entre ellos a sus propios
hijos y a Josh, el hijo de Ramona. Ramona es una ejecutiva exitosa en una
empresa, David es un pediatra, y Nadine es enfermera.
El libro
va siguiendo a estos personajes los cuales tienen una vida bastante regular y
normal, pero de repente, todos los niños de la ciudad y del mundo entero, caen
muertos. Así nomás. Muertos. Incluyendo a los bebés en los vientres de sus
madres.
El
pánico comienza a apoderarse de la ciudad ya que el evento, está por demás
decirlo, es aparte de trágico, sin precedentes.
La
ciudad no tiene los recursos como para enterrar a todos los niños y darles una
buena sepultura. Se tienen que adaptar hospitales para que funjan como morgues,
los doctores no se daban abasto para hacer las autopsias y al mismo tiempo
analizar lo que estaba sucediendo, en fin, un total y entendible caos.
La
ciudad decide que para evitar propagación de enfermedades, los niños se iban a
enterrar en una enorme fosa común, esto es para los niños de bajos o medios
recursos, los ricos sí tenían los medios para hacer todo lo que normalmente se
hace cuando hay que enterrar a alguien.
A los
tres días de que los niños mueren, la gente comienza a notar que por las
calles, algunos niños andan vagando buscando a sus padres. Doug y Joan que habían
enterrado a los suyos en la fosa común, manejan desesperados para buscarlos y
logran desenterrarlos y para su sorpresa, los niños estaban «vivos».
La gente
celebra el acontecimiento y creen que Herold’s
disease (así es como se le llamó a la enfermedad) había cesado. Sin
embargo, los niños tienen algo «raro», están pálidos, huelen a cuerpo putrefacto,
sus abdómenes están teñidos de color verde y morado por la putrefacción,
algunos padres meten a bañar a sus hijos y notan que un líquido negro les sale
del recto. Están vivos pero al mismo tiempo parecen muertos.
Al poco
tiempo, Nate, el niño de Joan dice que tiene hambre y con una voz muy débil
dice que quiere sangre. A Joan se le hace muy raro pero por la insistencia de
su hijo se hace una pequeña cortada para darle sangre y con esto, Nate vuelve a
ser el niño que siempre fue, aunque por solo un momento. Pasa poco tiempo para
que los papás se den cuenta que los niños vuelven ahora sí a la normalidad
cuando se les da sangre humana como alimento. El efecto de la sangre
administrada dura cierto tiempo y cuando pasa, los niños mueren de nuevo. Algo
un poco horroroso para los padres.
¿Hasta
dónde llegará un padre para recuperar a su hijo? ¿Qué harán los padres cuando ya
no puedan darles su sangre?
Suffer the Children es un muy buen libro en donde el horror viene
por una parte del hecho que he estado narrando, pero la otra parte viene de los
padres desesperados, y es una muy buena propuesta en el género de los vampiros, combinada con apocalipsis y fin del mundo.
Creo que
hasta aquí es una buena premisa y ya no le sigo para no echárselos a perder.
El
siguiente será Dark Matter, de Blake Crouch.
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