martes, 7 de diciembre de 2010

Pareidolia petrolera

Buscándo romper mi silencio en este lugar, me encontré con una foto de mi antiguo empleo.


Al momento de la foto, estábamos en medio de una operación de control. La torrecita que se ve al lado derecho mide unos 4 metros de altura (como referencia).

Los humanos venimos equipados con un saco de sensores que aportan cantidades tremendas de información a un mismo sitio: el cerebro. Éste, mi segundo órgano favorito, interpreta la información, descarta lo que considera innecesario y presenta ante nuestro “ojo de la mente” una serie de imágenes que nosotros pasamos por una clasificación adicional, hasta que decidimos que cosa es lo que estamos viendo. Nos equivocamos con cierta frecuencia.

Encontrar patrones en nuestro entorno fue una adaptación biológica exitosa para nuestros antepasados. Esto, para mi sorpresa, es una función muy específica dentro del conglomerado que es el cerebro. Y puede no funcionar correctamente. Es decir, existen desordenes neurológicos que impiden a un enfermo reconocer objetos, personas o partes de su mismo cuerpo. Otro ejemplo de la complejidad del cerebro y el tipo de problemas que le pueden afectar: Agnosia.

Volviendo a la información que nos llega al cerebro. Algunas personas no vienen cableadas según el manual de fábrica y no pueden filtrar información: lo ven todo. ¿Recuerdan la película Rainman? Dustin Hoffman tenía uno de estos desordenes neurológicos.

Este proceso de recolectar datos, interpretar y concluir; ocurre de distintas formas en cada persona y, lo importante: no todas las etapas son conscientes. Es decir, un cerebro humano saludable hace buena parte del trabajo sin que nuestro “ojo de la mente” se entere. A veces (más de las que deberíamos) encontramos patrones donde no los hay. Estas lecturas erróneas, o falsos positivos, nos pueden llevar a conclusiones interesantes según el escenario.

Un escenario que Michael Shermer cita con frecuencia (desconozco si es de su autoría): “Un cazador va por la sabana, de noche. Escucha ruido en la hierba. Si concluye que es un depredador peligroso y huye seguramente vivirá otro día. De otro modo, podría concluir que fue el viento y terminar muerto por las mordidas de un león.” La vida real no es 1:1 como en este ejemplo; sin embargo, es una muestra interesante del papel que juega en nuestra supervivencia nuestra habilidad para reconocer patrones y tomar decisiones ejecutivas.

Otro escenario. ¿Quién de nuestros ancestros habrá notado, por primera vez, que ciertos animales pasan por los mismos lugares después de determinada cantidad de lunas llenas? ¿Les habrá garantizado más comida que sus vecinos hedonistas?

Una más. Nuestra definición del tiempo se basa en la medición de un patrón repetitivo. Ejemplos: el año solar, el mes lunar, relojes atómicos, ese hábito que tenemos de dormir cuando nuestra porción de roca se oculta al sol y muchos, muchos más.

Este sistema de reconocimiento es una adición maravillosa a nuestro kit de sensores y herramientas biológicas. Lo damos por sentado, pero es un proceso extremadamente complicado. De hecho, es un campo activo de investigación en el desarrollo de inteligencia artificial y una materia básica en estos círculos académicos.

No siempre debemos creerle. ¿Nunca han visto figuras en las nubres? No todos los patrones y nuestras conclusiones son acertadas.

¿Ustedes que vieron?


14 comentarios:

  1. A mi la flama me recuerda a un corazon humano. Las dos llamas de hasta el tope se me figuran como las arterias, y con un poco de imaginación de pueden ver las dos aurículas y un ventrículo.

    Saludos.

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  2. Jejeje, que noble. Ni modo. Se me sale lo simio muy seguido.

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  3. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

    ¡CHICHIS, CHICHIS!

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  4. XD

    Lo primero que ví fueron las flamas de arriba que representan unas orejas, y lo de abajo a la derecha es la cabeza de un burro o caballo muy ojón.

    Pero gracias a ti, ya veo las chiches, y ya no veo otra cosa.

    Gracias :')

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  5. En realidad vi a JRPB... con pechos.
    http://www.youtube.com/watch?v=ygKI1c_jQnY

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  6. Con el sello aprobatorio de Steve Buscemi.

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  7. Yo había visto a un perro cíclope volteando a la derecha.

    Un abrazo.

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  8. Yo veo a un hombre sin cabeza que pela bien feo los ojos.

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  9. Yo también vi una chichi, pero se me figura más la Venus de Willendorf de perfil derecho.

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  10. Yo solo vi una teta :), quedó muy interesante el artículo, ya raya en lo absurdo la cantidad de personas que ven a Jesús en las tostadas o las manchas del baño, ¡la disociación cognitiva es una tremenda droga!

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