Una de las propuestas de la religión es que, se supone que hay un dios, un creador, un hacedor que creó todo lo que vemos. Pero, cuando realmente observamos la vida en nuestro planeta, nos damos cuenta de que la naturaleza es cruel. Muy cruel. ¿Qué tan cruel?
Es repetitiva en los canales de ciencia la historia de los leones y cómo, cuando un león se apodera de la manada, lo primero que hace es matar a las crías del que estaba antes en el poder, y todo esto ocurre bajo la mirada de la mamá leona.
¿Cruel?... Mucho. Pero esto es solo un ejemplo entre los miles de ciclos de vida que se encuentran en la naturaleza que hacen que este ejemplo no se vea tan cruel.
Cimex Lectularis
Estos insectos son los llamados chinches de cama (bed Bugs) que gustan de alimentarse de nuestra sangre. Me enteré que hay una infestación de estos insectos debido al mal aseo de los cuartos de hotel, el pasajero llega, deja su maleta en la cama, los insectos se suben y cuando el pasajero se va a casa, se los lleva de souvenir.
Son bastante escurridizos y salen en la noche a alimentarse de nosotros. Ustedes dirán, “¿y eso qué? Hay muchos insectos que se alimentan de nosotros”. Pues sí, pero el motivo de que los incluyo en la lista es por su método de reproducción. Es sexual, pero se llama inseminación traumática y básicamente consiste en que el aparato reproductor del macho es usado como si fuera un cuchillo que penetra a la hembra practicamente en dónde sea, dejándole su material genético. Esta técnica no es exclusiva de estos insectos, aquí un ejemplo en vivo de unas arañas.
En el podcast del SGU, mencionaron el ejemplo de las chinches de cama y también mencionaron que, no solamente perforan a las hembras, sino que a los machos también, y el material genético reemplaza al material genético del macho perforado.
Chale.
Control mental
Y no me refiero a mafufadas de poderes psíquicos. Básicamente, hay una especie de avispa que inyecta sus huevecillos a una oruga. Las larvas crecen dentro de la oruga, crecen a tal grado que la oruga casi explota. Se alimentan de la sangre de la oruga, con cuidado de no tocar los órganos vitales de la oruga, porque la necesitan viva. Pero las larvas tienen que salir, así que, equipadas con unos dientes bien filosos, comienzan a morder la delgada piel de la oruga hasta asomar su cabeza. Mientras todo esto pasa, las larvas también inyectan una sustancia que paraliza a la oruga para que se comporte, ahora sí que, flojita y cooperando, y las larvas poco a poco van saliendo de la oruga que hace que la película de Alien; el octavo pasajero parezca una película de Discovery Kids.
Pero eso no es todo. También inyectan una sustancia que, cuando las larvas salen, la sustancia hace que la oruga las proteja de cualquier depredador. Esta protección la paga con su vida ya que, las protege sin alimentarse, y eventualmente, muere de hambre.
Mejor vean este impresionante video. ¿Cómo le hicieron para filmarlo? No sé, pero qué chingonada.
Parásitos
Un parásito es aquel que saca beneficio de otro ser vivo de distinta especie, y no le aporta ningún beneficio.
Hay un parásito que infecta el cerebro de las hormigas (no encontré una traducción, el parásito en inglés le llaman fluke), y básicamente toma el control de ellas. Obligándolas a ponerse en una "posición amigable" para que el siguiente depredador en este ciclo de vida, se coma a las hormigas y el parásito emigre al depredador para infectar su hígado y continuar su ciclo de vida.
En el siguiente video se pueden observar a las pobres hormigas quieteciiiiitas esperando ser devoradas por la vaca.
Cymothoa exigua
Uno de mis ejemplos favoritos.
Este parásito (crustáceo) infecta de la siguiente manera. Primero, se alimenta de la arteria de la lengua de algunos peces, poco a poco, como la lengua se va dañando, el parásito se postula para sustituto de la lengua del pez sujetándose con sus patas a los restos de lengua dañada. Y el muy canijo, ahí anda plácidamente en su nuevo puesto, alimentándose gratis de la mucosa de los peces y de su sangre, y el pobre pez, “pensando” que aún tiene su lengua.
Si se observa el parásito en el video… “hasta parece lengua de pez”. Es el único caso documentado en el que un parásito sustituye un órgano del huésped.
Así como estos ejemplos hay muchos ejemplos más en la naturaleza. Ejemplos de crueldad, ejemplos que exponen que la sobrevivencia es primero y los medios para lograrlo son solo obstáculos que son brincados por millones de años de evolución.
¿Hay un creador? Yo digo que no. Pero el que diga que sí, que me explique por qué no podemos considerar a ese creador como un cruel sádico.
¿Vamos a la marisquería?
martes, 12 de octubre de 2010
viernes, 8 de octubre de 2010
Reseña del libro Quirkology (Rarología)
Nunca he escrito una reseña de algún libro o película, así que me voy a aventurar.
Me acabo de chutar el libro Quirkology: How we Discovery the big truths in small things (en español lo tradujeron como Rarología), del Profesor, Richard Wiseman, un inglés doctor en Psicología (y aparte mago).
Wiseman explica ligeramente cómo es que se interesó en estas dos disciplinas, que, para muchas personas, no tienen nada que ver. Pero no es así. La función de los magos es engañarte (me pregunto si se confiesan después de cada acto), así que él quedó fascinado cuando su abuelo le hizo un truco y se interesó cómo lo logró, y cuando lo descubrió, se interesó en el porqué la gente cae.
En el libro, Wiseman desarma a la astrología, con muchos experimentos que llevan a cabo algunos psicólogos alrededor del mundo, entre ellos, él. Pone en evidencia que, creer en la astrología no solo resulta tonto, sino en ocasiones, dañino para los creyentes. Hay un experimento financiero en el que compara el desempeño financiero en inversiones entre un economista profesional, un economista financiero basado en astrología (mundo raro en el que vivimos) y una niña de 4 años llamada Tia. En el experimento, el analista profesional usa su experiencia, el astrólogo hace sus burradas consulta los astros y Tia hace sus inversiones con base en la suerte. Para mi deleite, la única que vio ganancias (ficticias) fue la niña, los otros dos perdieron dinero. Claro que el astrólogo luego dijo que de haber sabido el signo de la niña con anterioridad, jamás hubiera concursado...............
.
.
.
Esta pausa la dejé para que usted se cagara de la risa a gusto.
En otro experimento similar, solamente cambiando la nena por un chango, los resultados fueron similares.
También entramos en cosas oscuras de la psicología humana; la superstición, la sugestión y el autoengaño. Poderoso sin duda es nuestro cerebro, que en ocasiones con la mínima sugestión hace que los individuos participando en los experimentos diseñados por los psicólogos, crean fielmente en que algunos objetos se mueven, tienen sensaciones en su cuerpo al toque de un objeto con “una historia fantasmagórica”, y cómo recuerdan vívidamente episodios en su vida sin que estos hayan sucedido. Los resultados de este capítulo son escalofriantes y te dejan con la sensación de que los humanos estamos bien mensotes y que ese es nuestro modo default.
¿Qué pensaría usted si le regalo un sweater, que era usado, pero ahora ya tiene muchas lavadas y ya está limpio? La mayoría de las personas toman el sweater, pero cuando se les dice que el sweater perteneció a una persona que tuvo SIDA, las personas lo rechazan al instante. Pero los resultados más dramáticos, son cuando se les dice a las personas que el sweater perteneció a un asesino en serie ya muerto. Algunas personas prefieren un sweater manchado con excremento de perro, al sweater en cuestión.
Wiseman se adentra en muchísimos ejemplos muy interesantes de supersticiones y cómo estas pueden llegar a ser peligrosas, no sólo para individuos, sino para naciones enteras, afectando su sistema de sanidad y economía, inclusive, elevando el número de accidentes, abortos y cesáreas, para que los niños nazcan en años “con suerte”.
También analiza la ley de los grandes números y su relación con las coincidencias. ¿Quién no ha dicho alguna vez? “Vivimos en un mundo pequeño”.
Wiseman se adentra en el mundo de las mentiras y cómo es prácticamente imposible detectarlas físicamente, incluso por personal “altamente calificado”, personas que manejan polígrafos (JA JA), jueces o policías, y simples mortales… prácticamente es mejor que lances una moneda. También explica que las mentiras se detectan mejor en lo que se dice en lugar de basarse en señas, manoteos, voltear los ojos y cosas de ese tipo que andan en el folclor, y hasta realiza un experimento divertido con el lector.
Wiseman cubre una gran variedad de esas cosas raras que nos identifican como seres humanos. Realizó una búsqueda para encontrar el chiste más gracioso del mundo, y nos comparte que la psicología de una buena risotada por un chiste, no ha cambiado desde los tiempos de Platón. Te da unos buenos consejos para quedar bien en citas para encontrar tu media naranja, incluso da unos consejos para que escribas mensajes personales cuando buscas pareja en los periódicos. Analiza cuál es la psicología del altruismo y nos revela que todos podemos ser altruistas, siempre y cuando el individuo al que vamos a ayudar, tenga las características que nos satisfaga. Muchas personas son capaces de hablar bien de una mala persona, con el simple hecho de que comparte nuestra fecha de nacimiento. O, somos capaces de ayudar a nuestros semejantes, pero muy semejantes, pero también demuestra que si estamos en un grupo “contrario”, no nos van a ayudar.
También se analiza en detalle, la psicología de la honestidad, llevando a cabo un experimento que no deja muy bien parados a los ingleses en cuanto a su honestidad.
Y muchas cosas más.
Conclusión
Para personas escépticas, creo que este libro es muy bueno ya que trae armas en contra de los magufos, astrólogos, médiums, charlatanes, etc. y nos revela el porqué las personas caen en estos engaños, esto es básico si se quiere entender el por qué estos charlatanes han sobrevivido por tanto tiempo.
En mi opinión, el libro trae muchos ejemplos algo concluyentes sobre el comportamiento de nuestra especie, la única parte con la que tengo problemas es cuando menciona que hay correlación entre la profesión de un individuo con su apellido, y pone bastantes ejemplos muy divertidos, pero, no sé, no me convenció, un capítulo antes habla de casualidades y la ley de los números grandes, y el mismo cae en estas correlaciones. Desde mi reducida perspectiva, esto es criticable. Aunque Wiseman, es muy cuidadoso al usar palabras como “hay una fuerte correlación” “la evidencia sugiere fuertemente” para no caer en conclusiones, uno como lector puede pensar en muchas explicaciones y controles para los experimentos del comportamiento humano, y ponemos en duda los experimentos de los psicólogos.
Otra cosa que me dejó pensando es en los experimentos. En muchos experimentos, Wiseman explica que los psicólogos se van a hacer sus estudios, observando detalles, viendo movimientos, analizando expresiones, sin que las personas lo noten. A mí no me quedó mas remedio que preguntarme si yo he sido parte de algunos experimentos sin notarlo. Me siento violado.
Quirkology es un libro divertido, no es complicado, me lo chuté en inglés y no tuve que usar el diccionario ya que casi no usa modismos ni palabras muy rebuscadas, y digerible. Seguro han escuchado eso de; "cada cabeza es un mundo"… este libro lo demuestra de una manera muy entretenida.
Información sobre Richard Wiseman:
Blog http://richardwiseman.wordpress.com/
Twitter @richardwiseman
Me acabo de chutar el libro Quirkology: How we Discovery the big truths in small things (en español lo tradujeron como Rarología), del Profesor, Richard Wiseman, un inglés doctor en Psicología (y aparte mago).
Wiseman explica ligeramente cómo es que se interesó en estas dos disciplinas, que, para muchas personas, no tienen nada que ver. Pero no es así. La función de los magos es engañarte (me pregunto si se confiesan después de cada acto), así que él quedó fascinado cuando su abuelo le hizo un truco y se interesó cómo lo logró, y cuando lo descubrió, se interesó en el porqué la gente cae.
En el libro, Wiseman desarma a la astrología, con muchos experimentos que llevan a cabo algunos psicólogos alrededor del mundo, entre ellos, él. Pone en evidencia que, creer en la astrología no solo resulta tonto, sino en ocasiones, dañino para los creyentes. Hay un experimento financiero en el que compara el desempeño financiero en inversiones entre un economista profesional, un economista financiero basado en astrología (mundo raro en el que vivimos) y una niña de 4 años llamada Tia. En el experimento, el analista profesional usa su experiencia, el astrólogo hace sus burradas consulta los astros y Tia hace sus inversiones con base en la suerte. Para mi deleite, la única que vio ganancias (ficticias) fue la niña, los otros dos perdieron dinero. Claro que el astrólogo luego dijo que de haber sabido el signo de la niña con anterioridad, jamás hubiera concursado...............
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Esta pausa la dejé para que usted se cagara de la risa a gusto.
En otro experimento similar, solamente cambiando la nena por un chango, los resultados fueron similares.
También entramos en cosas oscuras de la psicología humana; la superstición, la sugestión y el autoengaño. Poderoso sin duda es nuestro cerebro, que en ocasiones con la mínima sugestión hace que los individuos participando en los experimentos diseñados por los psicólogos, crean fielmente en que algunos objetos se mueven, tienen sensaciones en su cuerpo al toque de un objeto con “una historia fantasmagórica”, y cómo recuerdan vívidamente episodios en su vida sin que estos hayan sucedido. Los resultados de este capítulo son escalofriantes y te dejan con la sensación de que los humanos estamos bien mensotes y que ese es nuestro modo default.
¿Qué pensaría usted si le regalo un sweater, que era usado, pero ahora ya tiene muchas lavadas y ya está limpio? La mayoría de las personas toman el sweater, pero cuando se les dice que el sweater perteneció a una persona que tuvo SIDA, las personas lo rechazan al instante. Pero los resultados más dramáticos, son cuando se les dice a las personas que el sweater perteneció a un asesino en serie ya muerto. Algunas personas prefieren un sweater manchado con excremento de perro, al sweater en cuestión.
Wiseman se adentra en muchísimos ejemplos muy interesantes de supersticiones y cómo estas pueden llegar a ser peligrosas, no sólo para individuos, sino para naciones enteras, afectando su sistema de sanidad y economía, inclusive, elevando el número de accidentes, abortos y cesáreas, para que los niños nazcan en años “con suerte”.
También analiza la ley de los grandes números y su relación con las coincidencias. ¿Quién no ha dicho alguna vez? “Vivimos en un mundo pequeño”.
Wiseman se adentra en el mundo de las mentiras y cómo es prácticamente imposible detectarlas físicamente, incluso por personal “altamente calificado”, personas que manejan polígrafos (JA JA), jueces o policías, y simples mortales… prácticamente es mejor que lances una moneda. También explica que las mentiras se detectan mejor en lo que se dice en lugar de basarse en señas, manoteos, voltear los ojos y cosas de ese tipo que andan en el folclor, y hasta realiza un experimento divertido con el lector.
Wiseman cubre una gran variedad de esas cosas raras que nos identifican como seres humanos. Realizó una búsqueda para encontrar el chiste más gracioso del mundo, y nos comparte que la psicología de una buena risotada por un chiste, no ha cambiado desde los tiempos de Platón. Te da unos buenos consejos para quedar bien en citas para encontrar tu media naranja, incluso da unos consejos para que escribas mensajes personales cuando buscas pareja en los periódicos. Analiza cuál es la psicología del altruismo y nos revela que todos podemos ser altruistas, siempre y cuando el individuo al que vamos a ayudar, tenga las características que nos satisfaga. Muchas personas son capaces de hablar bien de una mala persona, con el simple hecho de que comparte nuestra fecha de nacimiento. O, somos capaces de ayudar a nuestros semejantes, pero muy semejantes, pero también demuestra que si estamos en un grupo “contrario”, no nos van a ayudar.
También se analiza en detalle, la psicología de la honestidad, llevando a cabo un experimento que no deja muy bien parados a los ingleses en cuanto a su honestidad.
Y muchas cosas más.
Conclusión
Para personas escépticas, creo que este libro es muy bueno ya que trae armas en contra de los magufos, astrólogos, médiums, charlatanes, etc. y nos revela el porqué las personas caen en estos engaños, esto es básico si se quiere entender el por qué estos charlatanes han sobrevivido por tanto tiempo.
En mi opinión, el libro trae muchos ejemplos algo concluyentes sobre el comportamiento de nuestra especie, la única parte con la que tengo problemas es cuando menciona que hay correlación entre la profesión de un individuo con su apellido, y pone bastantes ejemplos muy divertidos, pero, no sé, no me convenció, un capítulo antes habla de casualidades y la ley de los números grandes, y el mismo cae en estas correlaciones. Desde mi reducida perspectiva, esto es criticable. Aunque Wiseman, es muy cuidadoso al usar palabras como “hay una fuerte correlación” “la evidencia sugiere fuertemente” para no caer en conclusiones, uno como lector puede pensar en muchas explicaciones y controles para los experimentos del comportamiento humano, y ponemos en duda los experimentos de los psicólogos.
Otra cosa que me dejó pensando es en los experimentos. En muchos experimentos, Wiseman explica que los psicólogos se van a hacer sus estudios, observando detalles, viendo movimientos, analizando expresiones, sin que las personas lo noten. A mí no me quedó mas remedio que preguntarme si yo he sido parte de algunos experimentos sin notarlo. Me siento violado.
Quirkology es un libro divertido, no es complicado, me lo chuté en inglés y no tuve que usar el diccionario ya que casi no usa modismos ni palabras muy rebuscadas, y digerible. Seguro han escuchado eso de; "cada cabeza es un mundo"… este libro lo demuestra de una manera muy entretenida.
Información sobre Richard Wiseman:
Blog http://richardwiseman.wordpress.com/
Twitter @richardwiseman
viernes, 1 de octubre de 2010
Apis mallefica
Hoy aprendí algo a la antigua, a la mala. Regresaba de la escuela cuando vi en mi sala, moribunda y aleteando, una bien conservada abeja obrera (Apis Mellifera). Decidí no hacerle la vida más complicada y la dejé en su batalla contra la gravedad. Pasadas un par de horas, la volví a ver... muerta, esta vez. Como buen simio curioso, la tomé por las alas para examinarla más de cerca. Justo pasaba por mi mente “si una abeja pica, muere poco después.”, cuando decidí tocar el área donde el aguijón debería estar. Las abejas muertas no pican. Error.
¡Duele igual!
Nunca he tenido un encuentro positivo con estos insectos. Ese estereotipo de la abeja amigable es puro cuento. Son agresivas, y potencialmente peligrosas para curiosos distraídos. Aún muertas. Rozar el aguijón fue suficiente para causar dolor e hinchazón. La razón de la rápida acción se debe al malicioso diseño dentado de sus aguijones.
Foto: Zach Huang
Músculos especiales para penetrar la coraza del oponente, dos sierras retráctiles y un saco de veneno con sistema de bombeo autónomo. El aguijón puede continuar inyectando veneno aún después de desprenderse del cuerpo de la abeja.
Las malas noticias para la abeja, es que, en efecto: se mueren poco después de atacar. El aguijón está conectado a su sistema digestivo y al picar, parte de sus órganos internos se desprenden en el acto. Un arma poderosa a un altísimo costo.
Suena ridículo si uno lo traslada al punto de vista humano. Andar por ahí con un tapón en el abdomen, corriendo el riesgo de morir destripado al menor descuido...
¡Duele igual!
Nunca he tenido un encuentro positivo con estos insectos. Ese estereotipo de la abeja amigable es puro cuento. Son agresivas, y potencialmente peligrosas para curiosos distraídos. Aún muertas. Rozar el aguijón fue suficiente para causar dolor e hinchazón. La razón de la rápida acción se debe al malicioso diseño dentado de sus aguijones.
Foto: Zach Huang
Músculos especiales para penetrar la coraza del oponente, dos sierras retráctiles y un saco de veneno con sistema de bombeo autónomo. El aguijón puede continuar inyectando veneno aún después de desprenderse del cuerpo de la abeja.
Las malas noticias para la abeja, es que, en efecto: se mueren poco después de atacar. El aguijón está conectado a su sistema digestivo y al picar, parte de sus órganos internos se desprenden en el acto. Un arma poderosa a un altísimo costo.
Suena ridículo si uno lo traslada al punto de vista humano. Andar por ahí con un tapón en el abdomen, corriendo el riesgo de morir destripado al menor descuido...
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