lunes, 5 de mayo de 2014

Peticiones en línea y ciencia

En los últimos meses he visto dos casos que han llamado mi atención en cuanto a la relación entre ciudadanos y ciencia.

El primero caso, Sarah Kavanagh (vegetariana) estaba buscando en su Gatorade los ingredientes con los cuales se hace esta bebida. Ella buscaba que no vinieran de animales, y se topó con que contenía aceite vegetal bromado. Ella mencionó que buscó dicha sustancia en Google, y encontró que la sustancia está relacionada con posibles efectos secundarios como desordenes neurológicos y hormonas alteradas de la tiroides. Es por eso que inició una petición para sacar la sustancia de estas bebidas (PepsiCo). La petición la hizo en el 2012, y al parecer rindió frutos. En el 2013 se removió esta sustancia del Gatorade, y hoy Coca Cola anunció que lo hará también de sus productos.

El otro caso fue que Subway, la compañía dedicada a hacer lonches insaboros, retiró (al menos en EEUU) de sus panes una sustancia llamada azodicarbonamida. La acción realmente pareciera inocua, sin embargo, lo que está detrás de el retiro de dicha sustancia es lo preocupante.

Una bloguera de nombre Vani Hari www.foodbabe.com comenzó una petición en línea para que removieran dicha sustancia. Se escucha como una buena iniciativa, pero cuando ves las palabras que esta persona usa para fortalecer sus argumentos, te das cuenta de que son argumentos falaces.

Menciona que esta sustancia se usa para hacer loas tapetes de Yoga (Yoga mats) y suelas de zapatos, que está prohibida su venta en Europa porque causa asma, y que cuando un camión lleno de esa sustancia se volteó en una carretera en Chicago, esto ocasionó que los oficiales de la salud emitieran la mayor alerta para control químico y que muchas personas salieron con irritación de la piel y los ojos. Pero mi favorita es: “cuando ves los ingredientes, si no lo puedes deletrear o pronunciar, probablemente tampoco deberías comerlo.” Sin duda una persona que conoce de Bromatología.

Esta sustancia se usa regularmente entre 0.2 mg/kg a 0.56 mg/kg en comida, y obviamente no es lo mismo la cantidad que se usa en una tapete de Yoga. Tampoco es lo mismo tener la sustancia, pura, en cantidades industriales (un camión), a lo que se usa en los panes.

Es un hecho que esta sustancia está ligada al asma, pero solamente en los trabajadores que la manipulan directamente, no por ingerir la mínima cantidad que aquí mencionamos.

Esto tomó vuelo, y dio como resultado la remoción de esta sustancia en los panes de Subway que se usaba como un aditivo.

Para una mejor comprehensión de esto, el dr. Steven Novella hace un muy buen análisis en dos publicaciones.

Yo no estoy en contra de que los ciudadanos revisen lo que están consumiendo, al contrario, qué bien. Sin embargo, me preocupa que no tenemos las herramientas necesarias ni el pensamiento crítico para hacer una verdadera valoración y análisis de estas sustancias. En el primer caso, esta persona encontró reacciones neurológicas y de la tiroides. Si hay algo que tengo claro con los buscadores de internet, es que casi seguro encontrarás lo que andas buscando. No niego que estas sustancias son dudosas, en años anteriores los aceites bromados ya habían sido tema de preocupación, sin embargo, una petición en internet no es justificada si te basas en lo malo que encuentras en Google.


En el segundo caso, bueno, esta mujer sí no tiene remedio. Si entran en su página, ya la trae contra las pizzas, contra Taco Bell, y otras compañías. Repito, no estoy en contra, pero si su razonamiento va a ser falaz, y no se va a enganchar en debates serios de ciencia, pues la verdad queda en ridículo. Aunque, lo preocupante es que gana las batallas.